Cada vez que se enfada (porque le dicen que no, porque tiene que comerse la sopa…), Simón hace rabietas terribles y adopta forma de animal feroz! Un cocodrilo, un león, incluso un dragón… A él le parece fantástico: todos le temen. Pero ¿quién quiere estar con alguien que da miedo y cerca de animales tan peligrosos?