Es de noche, pero Pequefante no quiere dormir. Su padre le canta la canción en la que los animales están calladitos y duermen: la serpiente, la cebra, la hiena, el avestruz o el cocodrilo “hacen shhh, hacen shhh”. Pequefante insiste en jugar hasta que por fin, Papafante consigue que se duerma. Pero entonces sucede algo inesperado…
¿Te gusta ensuciarte? Quizás quieras ser veterinario, jardinera o fontanera… ¿Te gusta hacer ruido? Entonces lo tuyo puede ser cantante de ópera o pirotécnica. ¿Quieres resolver misterios? Entonces podrías ser espía o arqueólogo. No importa lo que elijas, lo verdaderamente importante es ¡ser siempre tú misma o tú mismo!
Lola es una conejita saltarina, soñadora, muy inquieta y un poco traviesa. A ella le gustaría estar más tranquila pero sus piernas empiezan a moverse y ¡no puede parar de dar saltos! Su abuelo decide hacer yoga con sus nietos. Les enseña varias posturas, pero Lola se despista fácilmente, no deja de reír y moverse… Hasta que comienza a seguir a una mariposa y se pierde en el bosque. Se asusta mucho y se pone nerviosa, pero ¿y si las posturas de yoga pudieran ayudarla a tranquilizarse y encontrar el camino a casa?
Zorro llega al parque y todos le preguntan muy preocupados si se encuentra bien. Él está feliz y no entiende qué pasa. Lo que ocurre es que Zorro lleva una camiseta azul, y el azul es el color de la tristeza, ¿no? Su amiga Osa le pone inmediatamente un jersey amarillo. Ahora sí, todo está bien. Pero, ¿por qué los colores tienen que reflejar las emociones que sentimos? ¿Y si pudiéramos utilizarlos como quisiéramos? ¡Incluso mezclarlos!
Milo quiere un cuento especial, uno solo para él, así que ¡decide escribir uno! Pero hay un problema: no sabe cómo empezar… Con un poco de ayuda, la historia de Lobo, el joven explorador, se convierte en una aventura increíble. Su padre, su madre, su abuela y sus hermanitos le ayudan a escribirla, y así Milo aprende que lo más divertido de los cuentos ¡es compartirlos!
Cerdito encuentra una corona y dice que quiere ser un príncipe, pero comienza a molestar a los demás animales del bosque. Sus amigos están hartos de su comportamiento y deciden hablar con él.
Julieta se tira muchos pedos, no puede evitarlo. Eso hace que en el cole se metan con ella y la llamen ¡Julieta pedorreta! Sin embargo, gracias a sus pedos, Julieta salvará a todos sus compañeros de un gran peligro durante una excursión al campo.
Los murciélagos son los únicos mamíferos que saben volar y en contra de la opinión que se tiene de ellos, prefieren comerse una mosca a la sangre humana. Además, son muy importantes para la naturaleza y los necesitamos, así que hay que protegerlos. Si te encuentras a uno, déjalo dormir tranquilo.
A Lola le gustan los arcoíris más que nada en el mundo. Pero son tan difíciles de encontrar que decide crear uno ella misma. Busca los colores por todas partes y comienza su aventura. Lola no se rinde, quiere un arcoíris para ella sola. ¿Lo conseguirá?
Con las primeras gotas de lluvia, Cebra abre su paraguas de colores. Invita a Gacela, Hipopótamo y Liebre para que no se mojen. León tampoco quiere mojarse. ¿Habrá sitio para todos bajo el paraguas de Cebra?
La foca Mila ha encontrado una roca especial en medio del mar, allí se siente muy a gusto. Le encanta saltar al agua desde arriba y también tumbarse encima a descansar. Un buen día, un divertido accidente hizo que conociera a la gaviota Carlos. Juntos compartieron un tiempo precioso en la roca hasta que Carlos tuvo que irse con su familia. Pero ¿será la última vez que se encontrará?
La pequeña dice que en su cama hay una vaca. ¿Es posible? Cuando su padre va a la habitación, allí no hay nadie. “Papá, es que ahora la vaca está jugando al escondite con un elefante y un pato”. Una divertida historia antes de dormir. ¿Será todo fruto de la imaginación de la niña?