Conejo está alicaído. Tiene un malestar. Un malestar grande como él. Un malestar muy insistente que lo sigue a todas partes y no le deja pensar en nada más. Así que decide llamar a sus amigos, pero todos están muy ocupados.
La casa de Tomasa es pequeña y cómoda, ideal para ella y su gato. Pero Tomasa acoge a toda la gente que llega y ¡cada vez hay menos espacio para ella y su gato!