Una historia sobre la sobreprotección que ejercen muchos padres con sus hijos e hijas. No pasa nada porque a veces se mojen, se ensucien o pasen un poco de frío o calor.
Había una vez una reina que sabía francés, chino, todo sobre la moda y el vino, olía de maravilla, cantaba como los ángeles y hasta era capaz de pelar los langostinos perfectamente con cuchillo y tenedor. En definitiva, era la más guapa, rica, noble y lista de todo el reino hasta que un día le entran unas tremendas ganas de hacer pis y eso hace que las cosas ya no vuelvan a ser iguales.
El día en que nació la princesa Sara se acabó la tranquilidad en el Palacio. El jardinero, la niñera, los camareros, la cocinera, y, sobre todo, los reyes, estaban desesperados pero ¿qué le pasa a la princesa?
Todos dicen que Alberto es el más bueno del mundo, pero él ha tomado una gran decisión: convertirse en el niño más travieso del universo.
Hay gente que tiene un sol brillante sobre su cabeza. Otros, un tornado o una brisa suave. Olivia tiene una nube de lluvia que se transforma en granizo según se acerca la función del colegio. ¿Y si me sale mal?¿Y si no he ensayado lo suficiente? No hay más que echar un vistazo a nuestro alrededor para darnos cuenta de que todos llevamos encima nuestra propia nube. Y como en la vida real, una vez que se van las nubes siempre vuelve a brillar el sol.
Papá y mama comenzaron un nuevo trabajo con mucha ilusión, pero a los pocos días las cosas cambiaron. Sigue la flecha es una historia donde la imaginación y la diversión consiguen rescatar a dos padres en apuros.